sábado, 13 de diciembre de 2014

Historia de Pilotos , Ha fallecido a los 99 años la piloto femenina británica más destacada en la IIda Guerra Mundial, Lettice Curtis

 
 



     Aprendió a volar en 1937 en el Yapton  Flying Club cerca de Chichester. Al cabo de su adiestramiento inicial voló 100 horas en solitario con el fin de obtener la licencia comercial B. En mayo de 1938 pasó a desempeñarse en CL Aerial Survey; Volando un Puss Moth, dotado con una cámara, fotografió distintas áreas de Inglaterra para el Ordnance Survey, presumo un organismo como el que alguna vez fue nuestro Instituto Geográfico  Militar. Al  declararse la  guerra fue transferida  al departamento de investigación del citado organismo

     Fue convocada en 1940, cuando el Reino Unido, al cabo de la ignominiosa derrota de Francia, debió apellar a todos sus recursos humanos para enfrentar, junto con sus dominios, al mejor Ejercito y mejor Fuerza Aérea de entonces y si la Kriegsmarine no lo era fue porque el almirante Raeder vio frustrados sus planes de expansión, que hubieran fructificado en 1944, como consecuencia de una errónea apreciación de Hitler al presumir que ni Francia ni Gran Bretaña reaccionarían ante la  invasión de Polonia, facilitada esta por un sorpresivo Pacto de No Agresión con la Unión Soviética que, además, se convirtió en suministrador de distintas materias primas, atenuando de esa manera el bloqueo de su tráfico comercial. Italia, que en la  Gran Guerra  fue un aliado, en  el año mencionado devino en un especulativo enemigo que pasó a constituir una potencial amenaza en el Mediterráneo, situación agravada por la desaparición de las naves francesas de ese teatro.





     La convocatoria  a Curtis provenía del Air Transport Auxiliary (ATA), donde se había decidido acudir a personal femenino para llevar a cabo esas tareas auxiliares que, en particular, significaban el traslado de aviones desde las fábricas a los aeródromos operativos mientras que los hombres pasaban a satisfacer los requerimientos de la Real Fuerza Aérea (RAF)
    En un pequeño grupo inicial de jóvenes mujeres, Lettice Curtis comenzó, en Hatfield, su adiestramiento en aviones livianos de entrenamiento y transporte. Rápidamente calificó para volar máquinas más avanzadas tal como el bimotor Oxford.

     Las pilotos del ATA frecuentemente volaban solas y sin ayuda alguna en cuanto a navegación; dependiendo casi exclusivamente en la lectura de un mapa en sus misiones.

     Hasta la primavera boreal de 1941, una disposición gubernamental impedía a las mujeres pilotear aviones de combate, pero en ese verano pasaron a trasladarlos.

     Sin otra ayuda adicional que una planilla de verificación (Checking List) Lettice Curtis trasladó su primer Hurricane ese verano al que siguieron otros y los más famosos Spitfires.

     En septiembre de 1941 los vuelos se extendieron a aviones más avanzados y Lettice Curtis pronto se graduó en pilotear bombarderos Blenheim, Hampden y Wellington. En el otoño boreal de 1942 fue asignada a una base de bombarderos cuatrimotores donde se calificó para volar los Halifax. El año siguiente estaba calificada para pilotear otros cuatrimotores incluidas las denominadas fortalezas volantes estadounidenses B-17. En 1944 fue la primer mujer en entregar un Lancaster.

     Cuando, al  finalizar la Guerra,,cesó la actividad de ATA, fue considerada la organización femenina más experimentada en el traslado de aviones al haberlo hecho con más de 400 bombarderos pesados, 150 De Havilland Mosquitos y cientos de Hurricanes y Spitfires.

     Finalizado el conflicto pasó a desempeñarse en el Armament Experimental Establishment  para luego pasar a ocupar el cargo de ingeniera senior de desarrollo en Fairey Aviation en 1953 donde participó en vuelos de prueba de distintos  aviones, entre ellos el piquete radar (Air Early Early Warning) Gannet destinado a la Armada Real

.   Participó en carreras organizadas por el Royal Aero Club. A comienzos de los sesenta dejó Fairey para pasar al Ministerio de  Aviación y trabajar  en planes concernientes a material civil y militar y un  Centro de control civil de tráfico aéreo. Después de un breve paso por la Inspección de Operaciones de Vuelo de la  Autoridad de la Aviación Civil pasó a desempeñarse en Sperry Aviation.

      Mostró un firme apoyo al proyecto que dio lugar al supersónico Concorde. En 1992 calificó como piloto de helicóptero, pero tres años más tarde, al cumplir 80, años decidió que sus  tiempos  de volar habían terminado.
     
     En lo que se refiere a sus actividades en el ATA consideró que ese servicio no fue suficientemente reconocido, por lo que en 1971 publicó el libro The forgotten pilots. Su autobiografía como Lettice Curtis apareció en 2004. .

Obituario aparecido en el Daily Telegraph          

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